El botón de nácar.

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Escena XXI
01/04/2016

El botón de nácar

“El botón de nácar” es un documental grabado y dirigido por Patricio Guzmán. En el podemos ver diferentes y suculentos temas, como el antiguo pueblo aborigen de Chile o las escalofriantes historias de la dictadura de Pinochet. A pesar de la abundante información, Guzmán traza una línea argumental que alimenta temas como el universo, el agua, la historia y el futuro; conexionado con lo más importante del mensaje, que es en sí un grito a la vida.

Hubo un tiempo donde el hombre recorrían el mundo, dejando que este le recorriera a el. Formaba parte de la naturaleza y de un ecosistema que vivía en sintonía. Los Kawesqár, tribu indígena de origen Chileno, eran unos verdaderos interpretes del mundo que les rodeaba. Encauzaban sus vidas entorno al agua, que era un ingrediente primordial para sus identidad como pueblo.

Utilizaban sus cuerpos para expresar sus creencias, confundían la oscuridad del cielo con la exposición de sus desnudos. Pintarrageaban sus torsos con lunares blancos a modo de estrellas, siendo sus cuerpos el canal comunicativo.

Vivían conectados al universo, hablaban su mismo idioma, se mimetizaban con él travez de la piel. Sensibles a la percepción de lo real y lo humano, se dejaban en total disposición a la naturaleza. Teniendo así, una exposición carente de prejuicios y criticas, que hacían de estos seres unos verdaderos interpretes.

 

Hoy día el hombre moderno parecen olvidar la relación que lo conecta al mundo, es inusual ver la exposición de desnudos para mostrar empatía con el medio y con uno. Tenemos que rebuscar entre exposiciones, artistas o exhibicionistas; a aquellos Kawesqár que antes lo hacían de forma natural. Es extraño ver como Mihoko Ogaki muestra con sus esculturas la idea de vida, muerte y renacentismo, construyendo figuras humanas en las que proyecta campo de estrellas parecidas a las luces del espacio. Se trata de la misma idea pero con forma distinta que nos hace replantearnos cual de las dos propuestas se conecta más con el mensaje.

A pesar de que la piel es nuestra primera capa sensitiva, transmisora y llena de terminaciones nerviosas, nos limitamos a encerrarnos con ella. Dejamos que pase a ser un órgano desaprovechado y apagado de vida. Los clichés sociales han echo que sigamos poniendo capas a nuestras mentes, dejando que nuestro cuerpo se quede sin oxigeno que respirar. Somos lo que somos y no debemos olvidar que exponernos ante el mundo es lo natural. La esencia es primordial para la vida y arrancar las capas de nuestros cuerpos, una necesidad.

 

Dicen que la piel tiene memoria y el botón de nácar nos recuerda que estamos cubiertos por ella.

África Anamú

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Adolfo Simón

 

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