Las CELDAS
Hay momentos en la vida que un estimulo puede re-dirigir la mirada que uno tiene hacia el mundo que lo rodea por dentro y por fuera. Como seres vivientes que somos, estamos compuestos por un millón de células que biológicamente componen nuestro esqueleto humano, pero que a su vez albergan un mundo subjetivo de posibilidades que denominamos “mundo sensitivo”. Somos el resultado de lo que hemos vivido, de lo que no y de lo que nos concierne como ser racional al posicionamiento del futuro. Arrastramos heridas abiertas y cicatrizadas, que nos conforman la identidad como seres únicos.
Louise Bourgeois consigue aunar un mundo único y particular en su trabajo “Las celdas”
Somos seres únicos en peligro de extinción, pero nuestros pozos sensoriales y psicológicos se encuentran de algún modo conectados a la misma fuente de energía, y eso, nos une con emociones como la empatía. Dicen que el arte que no sana, no es arte.. La comunicación con uno mismo, con su obra y con el público, nos hace ver que la resiliencia es una herramienta a la orden del día. Todos hemos sido alguna ves ese patito feo, hemos bailado con el murmullo de nuestros fantasmas o incluso adoptando el alma de un espantapájaros..
Estamos hechos de un millón de cicatrices, estigmas que nos representan lo más doloroso o placentero de la vida, somos pequeñas células que crecen, evolucionan, se reproducen y mueren. Y es durante ese proceso dónde se sucede realmente la vida, esos momentos donde con un poco de suerte se podrá echar mano del arte para ayudar a cicatrizar nuestras almas.
África Anamú
Interés..
Autobiografía de un espantapájaros
Very true! Makes a change to see somenoe spell it out like that. 🙂